De marzo a septiembre del 2012, se celebró la tercera edición del Tatton Park Biennial, un evento que se realiza cada dos años en un parque de la pequeña ciudad de Knutsford (Inglaterra). Esta ultima edición se ha organizado bajo el lema flights of fancy y en ella se ha querido que los artistas participantes experimenten con un tema: volar a través de la imaginación.
Entre
todas las obras expuestas, una de las que más llama la atención es Pont
de Signe, un puente diseñado por el francés Olivier Grossetête con madera de cedro, tres grandes
globos llenos de helio y unas cuerdas fijadas entre si. Gracias a su aparente
ligereza, dicha construcción parece romper todas las leyes de la gravedad y
juega con la visión y las sensaciones de los espectadores.
Pero
quizás lo más curioso es que dicho puente, a medio camino entre arte e
ingeniería, nace y muere en el mismo agua y no conecta ninguna orilla. La
estructura fue creada sin ningún fin funcional... De hecho, fue construido solo
para ser contemplado (y hacer soñar a los visitantes).
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